martes, 12 de julio de 2016

humildad




La humildad es amiga del silencio, de la introspección y del recogimiento. La humildad no compara, pues está centrada en sí misma. No es tanto una conducta como una actitud que nace de un correcto alineamiento de uno consigo mismo.
La humildad aleja el orgullo, porque es su contrario, disipa el egoísmo y la soberbia.
La persona que es humilde descansa en su humildad.
Sólo quien se conoce es capaz de ser humilde. Quien no se conoce suele confundir humildad con una forma de egoísmo, la sumisión.

Para ser humilde hay que presentar batalla al ego. Si esta batalla se gana, la humildad nos dará fuerza.
Una persona humilde no puede ser humillada.